Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Yo, mi, me, contigo.

Después de tanto tiempo tengo tantas cosas que decir, como motivos para no hacerlo.
No me escondo tras lo que no digo, pero tampoco me he atrevido a ser esclava de mis palabras...

No somos del todo conscientes, en nuestro paso por la vida de las personas, del efecto que podemos causar en ellas, y vamos atando y deshilando detalles que acaban marcando personalidades, que a su vez afectan con sus conflictos a otras personas y, bueno, efecto mariposa...
Supongo que hay quienes se agarran a eso para no dirigir su vida en sentido contrario, para no tener que decidir y poder ser cobardes, al fin y al cabo, sin sentirse realmente como tal, lo que a la larga es un martirio...
Anteponer el bienestar ajeno y los sentimientos de los demás a los nuestros no es sino signo de poco amor propio, pero... ¿por qué lo hacemos? Es realmente por impedir que la otra persona sufra, o porque nosotros mismos no sabemos afrontar ese sentimiento y preferimos evitarlo? Al igual que un padre acude rápido cuando su hijo llora porque no lo soporta, el problema no está en que el niño lo haga, sino en que tú no puedas verle llorar.
Al final nuestras relaciones con los demás acaban significando todo lo que depositamos en ellos y reduciéndose a la posición que representan para nosotros; y esto se convierte en un arma de doble filo.

Si, vas a herir a alguien a lo largo de tu vida, y sí, te van a herir a ti también... Y no, no podrás evitarlo... Porque todo aquello que depositan en ti, a veces no se corresponde contigo, y ahí debemos de ser capaces de marcar el límite y decidir hasta dónde llega lo que eres y quieres ser, y hasta dónde lo que el otro quiere que seas para él.
No puedes cargar con la culpa de no ser quien se espera, ni con todo lo que se derive de la "fantasía" que puedas hacer caer, al igual que nadie debe cargarte con la responsabilidad de cumplir sus expectativas. Es cruel y muy duro.

Una vez hacemos de esto una perspectiva de vida, somos capaces de mantener lazos sanos y fuertes, y podemos entender, que aún en medio de la oscuridad, hay alguien que nos quiere simplemente por lo que somos. Y lo que es mejor, siempre tendremos cerca a alguien a quien realmente queremos, sin condiciones y sin expectativas, solo por ser esa persona con la que querríamos esperar a que vuelva la luz.