Después de tanto tiempo tengo tantas cosas que decir, como motivos para no hacerlo.
No me escondo tras lo que no digo, pero tampoco me he atrevido a ser esclava de mis palabras...
No somos del todo conscientes, en nuestro paso por la vida de las personas, del efecto que podemos causar en ellas, y vamos atando y deshilando detalles que acaban marcando personalidades, que a su vez afectan con sus conflictos a otras personas y, bueno, efecto mariposa...
Supongo que hay quienes se agarran a eso para no dirigir su vida en sentido contrario, para no tener que decidir y poder ser cobardes, al fin y al cabo, sin sentirse realmente como tal, lo que a la larga es un martirio...
Anteponer el bienestar ajeno y los sentimientos de los demás a los nuestros no es sino signo de poco amor propio, pero... ¿por qué lo hacemos? Es realmente por impedir que la otra persona sufra, o porque nosotros mismos no sabemos afrontar ese sentimiento y preferimos evitarlo? Al igual que un padre acude rápido cuando su hijo llora porque no lo soporta, el problema no está en que el niño lo haga, sino en que tú no puedas verle llorar.
Al final nuestras relaciones con los demás acaban significando todo lo que depositamos en ellos y reduciéndose a la posición que representan para nosotros; y esto se convierte en un arma de doble filo.
Si, vas a herir a alguien a lo largo de tu vida, y sí, te van a herir a ti también... Y no, no podrás evitarlo... Porque todo aquello que depositan en ti, a veces no se corresponde contigo, y ahí debemos de ser capaces de marcar el límite y decidir hasta dónde llega lo que eres y quieres ser, y hasta dónde lo que el otro quiere que seas para él.
No puedes cargar con la culpa de no ser quien se espera, ni con todo lo que se derive de la "fantasía" que puedas hacer caer, al igual que nadie debe cargarte con la responsabilidad de cumplir sus expectativas. Es cruel y muy duro.
Una vez hacemos de esto una perspectiva de vida, somos capaces de mantener lazos sanos y fuertes, y podemos entender, que aún en medio de la oscuridad, hay alguien que nos quiere simplemente por lo que somos. Y lo que es mejor, siempre tendremos cerca a alguien a quien realmente queremos, sin condiciones y sin expectativas, solo por ser esa persona con la que querríamos esperar a que vuelva la luz.
Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.
sábado, 8 de noviembre de 2014
sábado, 31 de mayo de 2014
M.
"El problema era yo y lo que traía conmigo,mi manera de huir hacia delante.El problema era sencillo:Hacer el amor no tiene gran complicación.Lo realmente difícil es deshacerlo."
Apuntes sobre mi paso por el invierno.
Marwan.
martes, 4 de marzo de 2014
Medio o nada
Siempre he pensado que en nuestros burdos intentos de llegar a ser quien queremos ser, perdemos la parte de nosotros que nos hace ser quienes somos. Y así nos pasa con el amor... En nuestro afán de completar a alguien, y sentir que necesitamos que nos completen, perdemos una parte de nosotros mismos; justo esa que nos hace independientes y autosuficientes. Y es que nos tienen tan acostumbrados a la historia de la media naranja, que a veces se nos olvida que hay naranjas enteras! y que hay personas que necesitan sentirse íntegras por ellas mismas antes de convertirse en un binomio. Parece asombroso, pero, mujeres del mundo: hay otras mujeres que abren solas sus botes de tomate! que cuelgan cuadros y atornillan estanterías!Y la cosa no queda aquí, hombres de la tierra: hay otros hombres que almidonan sus camisas, hacen tartas y saben dónde buscar las cosas que no encuentran!
Quiero decir que los tópicos no están ahí para cumplirlos; que la media está bien, pero es la desviación típica la que da vidilla a la vida. Y que el mundo está lleno de gente buscando enamorarse como solución a sus problemas, como si a veces conseguirlo no fuera el principio de un problema aún mayor, como si la soledad fuera simplemente estar solo, y no significase estar vacío.
Por eso busca tus soluciones, complétate con aquello que te haga prosperar, crea versiones de ti mismo y no dejes de asegurarte de que cada una es mejor que la anterior, pero sobretodo, no olvides que el primer amor, siempre debe ser el amor propio.
Quiero decir que los tópicos no están ahí para cumplirlos; que la media está bien, pero es la desviación típica la que da vidilla a la vida. Y que el mundo está lleno de gente buscando enamorarse como solución a sus problemas, como si a veces conseguirlo no fuera el principio de un problema aún mayor, como si la soledad fuera simplemente estar solo, y no significase estar vacío.
Por eso busca tus soluciones, complétate con aquello que te haga prosperar, crea versiones de ti mismo y no dejes de asegurarte de que cada una es mejor que la anterior, pero sobretodo, no olvides que el primer amor, siempre debe ser el amor propio.
viernes, 31 de enero de 2014
Happy new year!
¿Llego tarde?
Poco a poco he ido olvidando la satisfacción de juntar letras en este pequeño espacio, y sí que es verdad que es una de las cosas que echo de menos...
Siempre he pensado que hay que tener mucho cuidado con ponerse a escribir en "días grises", ya que, ni mucho menos, nos saldrán "nubes rosas". Tampoco es adecuado eso de plasmar toda tu felicidad, porque creo (y esto no es ningún secreto) que no suele gustar eso de leer sobre unicornios sobrevolando arco iris y ver lo superfeliz que es alguien, más aún si tú no lo eres.
Dicho esto, si me das a elegir, siempre elegiré una noche de tristeza para teclear. Estar hundidos hace que salga a flote nuestro lado más desgarrador, nos permite transmitir mucho más profundo y fuerte, consternar, afligir, desconsolar al lector... La carga de la pena siempre lastra más que el peso de las sonrisas...
Si bien Neruda presumía de "poder escribir los versos más tristes esta noche", estoy segura de que no mentía.
A decir verdad mi problema no es ese... No me he apartado por falta de tiempo, por pereza, excesiva alegría o desmesurada tristeza, es algo aún peor: indiferencia.
No hay peor sentimiento que no sentir nada, y a los hechos me remito. No puedes vaciarte de preocupaciones o angustias si ni te preocupa ni te angustia nada; no puedes compartir tus episodios maníacos de felicidad si antes de que cojas un boli, se han esfumado, y mucho menos puedes hablar de ilusiones, aficiones o planes, cuando ante todo esto solo quieres correr en dirección contraria.
Hace no tanto entendí exactamente lo que pasaba: mi saco se había roto.
Nunca pensé que algo tan simple como un saco evocara tantas cosas, pero la explicación me dejó sin palabras (y eso no pasa a menudo): todos tenemos un saquito que vamos llenando con las cosas que realmente nos hacen sentir bien, como recibir cariño, sentirnos valorados, etc; pues bien, en algún momento del camino mi saquito se rompió, y ahora tiene un gran agujero en el fondo... Todo lo que entra sale, y por eso a mí, y seguro que a más de uno, nos resulta tan difícil sentirnos "llenos", porque esa sensación tarda en disolverse lo que tarda un reloj de arena en pasar el tiempo.
Por suerte, no todo está perdido! Hay muchos hilos y agujas, tengo un gran equipo y, a decir verdad, creo que me estoy convirtiendo en una excelente costurera.
Poco a poco he ido olvidando la satisfacción de juntar letras en este pequeño espacio, y sí que es verdad que es una de las cosas que echo de menos...
Siempre he pensado que hay que tener mucho cuidado con ponerse a escribir en "días grises", ya que, ni mucho menos, nos saldrán "nubes rosas". Tampoco es adecuado eso de plasmar toda tu felicidad, porque creo (y esto no es ningún secreto) que no suele gustar eso de leer sobre unicornios sobrevolando arco iris y ver lo superfeliz que es alguien, más aún si tú no lo eres.
Dicho esto, si me das a elegir, siempre elegiré una noche de tristeza para teclear. Estar hundidos hace que salga a flote nuestro lado más desgarrador, nos permite transmitir mucho más profundo y fuerte, consternar, afligir, desconsolar al lector... La carga de la pena siempre lastra más que el peso de las sonrisas...
Si bien Neruda presumía de "poder escribir los versos más tristes esta noche", estoy segura de que no mentía.
A decir verdad mi problema no es ese... No me he apartado por falta de tiempo, por pereza, excesiva alegría o desmesurada tristeza, es algo aún peor: indiferencia.
No hay peor sentimiento que no sentir nada, y a los hechos me remito. No puedes vaciarte de preocupaciones o angustias si ni te preocupa ni te angustia nada; no puedes compartir tus episodios maníacos de felicidad si antes de que cojas un boli, se han esfumado, y mucho menos puedes hablar de ilusiones, aficiones o planes, cuando ante todo esto solo quieres correr en dirección contraria.
Hace no tanto entendí exactamente lo que pasaba: mi saco se había roto.
Nunca pensé que algo tan simple como un saco evocara tantas cosas, pero la explicación me dejó sin palabras (y eso no pasa a menudo): todos tenemos un saquito que vamos llenando con las cosas que realmente nos hacen sentir bien, como recibir cariño, sentirnos valorados, etc; pues bien, en algún momento del camino mi saquito se rompió, y ahora tiene un gran agujero en el fondo... Todo lo que entra sale, y por eso a mí, y seguro que a más de uno, nos resulta tan difícil sentirnos "llenos", porque esa sensación tarda en disolverse lo que tarda un reloj de arena en pasar el tiempo.
Por suerte, no todo está perdido! Hay muchos hilos y agujas, tengo un gran equipo y, a decir verdad, creo que me estoy convirtiendo en una excelente costurera.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)