Consciente de que todo ello es inevitable, ¿encontrarías, pese a todo, la fuerza de levantarte en mitad de la noche cuando la persona a la que quieres tiene sed, o simplemente una pesadilla?, ¿tendrías ganas todas las mañanas, de prepararle el desayuno, de velar por distraerla todo el día, divertirla, leerle cuentos cuando se aburra, cantarle canciones, salir porque necesitará que le de el aire, incluso cuando hace un frío helador? y, al llegar la noche, ¿ignorarías el cansancio, irás a sentarte al pie de su cama para aplacar sus miedos y hablarle de un porvenir que, irremediablemente vivirá lejos de ti?.
Si tu respuesta a cada una de esas preguntas es sí, entonces perdóname por haberte juzgado mal, sabes de verdad lo que es amar.
-Las cosas que no nos dijimos-
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