Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Mirror, mirror...

Sé que llego tarde a esta fiesta, igual de tarde que al resto de mi vida. Voy corriendo por casa mientras me subo la cremallera del vestido, buscando una tijera para cortar la etiqueta de las medias que, en una torpe tentativa de impresionar, me compré esta mañana. Busco los zapatos: taconazos de 13cm., no vaya a ser que llegado el momento "no esté a la altura", y me subo a ellos. Corro hasta el baño, reviso el pelo... he hecho lo que he podido; compruebo el maquillaje... aún tras las sombras, eyeliners y rimel se divisan los restos de unos ojos que no quieren sino quitarse este disfraz y volver a su largo invierno de franela; pero no, esta noche no toca eso. Esta noche toca parecer que soy yo, y que todo este tiempo escondida no ha significado nada, no ha cambiado nada, que no ha sido por necesidad.
Así que dí un portazo a la comodidad y llamé al ascensor, que me recibió como de costumbre, con un espejo lo suficientemente grande para obligarme a ver lo que no quería mirar: a una pobre chica sumergida en un ridículo intento de sentirse atractiva, deseada, querida... cualquier cosa que implicase algo mejor que lo que sus mantas y libros le deparaban. Vi a una chica que hacía tiempo no veía, y lo peor es que no la echaba de menos. Ahí estaba yo, aparentando ser "dancing queen" y siendo tan crítica conmigo como la última vez que me detuve frente a mí; analizando de dónde debería quitarme unos kilos, qué necesito tonificar, preguntándome si existirá algún maquillaje que tape estas horribles ojeras e imperfecciones de mi rostro, intentando averiguar la razón de este malogrado corte de pelo, y sobretodo, rogando a Dios que me recordase en qué momento creí que tenía derecho a ponerme unas medias como las que llevaba el maniquí de aquella tienda.
Cuando volví la mirada hacia mi cara, una lágrima negra caía por mi mejilla. Marqué el tercero, abrí la puerta de casa y... desde ese día utilizo las escaleras.



Audio: LoveMe


lunes, 14 de octubre de 2013

La manada

Quizá este blanco se deba a cobardía, a falta de esfuerzo, a miedo a entresacar. Quizá este blanco no admite matices pero sí disculpas. Quizá es sólo un reflejo de la realidad: tan blanca, tan llena de tanto, que acaba siendo ausencia de todo: de ganas, de garra, de fe. Y sé que tengo tanto dentro que resulta más difícil saber por dónde empezar que seguir metiendo donde ya ni siquiera cabe.
Aunque ya que hoy no es ni mejor ni peor día que otro cualquiera, empezaré por contar cómo perdí mi confianza en las manadas, si es que lo recuerdo... Sé que un día normal, de una semana corriente y un mes de lo más común me sentí sola: miré y no había nadie, busqué y no encontré, grité y solo obtuve eco, y así día tras día. 
Todo el grupo corríamos, por aquel entonces, hacía donde algunos pocos dijeron que estaba Felicidad. Solo debíamos coger el camino de Progreso y avanzar lo más rápido posible. Con lo cual así fue: corrimos tanto que no dejamos ni huellas en el suelo, por si un día necesitábamos retroceder sobre nuestros pasos; empezamos a no frenar ya fuese domingo o fecha señalada; nos concentramos tanto en llegar que nadie echó de menos a quién se quedó por el camino... Y allí me vi, sin ver ni de lejos el cartel de Felicidad, sin nadie orgulloso del esfuerzo que hice por llegar hasta allí, sin una mano de todas aquellas que un día fuimos. 
Ese fue el instante en que supe que ya no quería ningún hueco en ninguna manada, y me construí una pequeña casita que siempre llevo puesta, no muy cómoda para los pocos visitantes que vienen, pero a fin de cuentas soy yo quien carga con ella. No avanzo tan rápido ni soy tan fuerte como en mis tiempos de jauría, pero al menos estoy muy tranquila a este lado de mi caparazón.

martes, 6 de agosto de 2013

"Eres responsable para siempre de lo que has domesticado."

Hubiera sido mejor que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora... 
...nunca sabré cuándo preparar mi corazón.

miércoles, 26 de junio de 2013

Combustión

Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable. 
Aunque solo por esta noche, y si me lo permites, déjame crecer desde tus pies a la sonrisa, abrazarte hasta el punto de darnos la espalda, déjame tocar como si mañana lo fueran a prohibir, sobredosis de caricias antes de dormir. Y podremos seguir siendo aquellos que por un instante se conocieron completamente. Qué equivocados estábamos: aún no nos conocíamos con los ojos cerrados.
Baja la luz, sube el calor, búscame en los centímetros de este colchón; sube la luz, va saliendo el sol, ya se encargará él de bajar el telón. Y ahora... Ahora puede que sea hora de dormir; aunque si me das a elegir... siempre es dulce el insomnio si me desvelo sobre ti.

lunes, 10 de junio de 2013

La vida breve de los versos

Tengo treinta y dos motivos (sin sumar las mitades) lo suficientemente pesados como para escribir hasta desgastar las teclas; uno por cada noche de doce horas, supongo. El problema es que las palabras, cuando abandonan los labios, pierden el efecto mágico que profesan, y en el momento en que las repitas no evocarán sino el recuerdo de aquella primera vez, cuando, como poco, te sacaron una sonrisa.
Y es que hay que saber en qué momento gastar los cartuchos, hay que saber qué dejar para esas ocasiones en las que debemos apelar al corazón en pleno, hay que reservar lo más increíble por decir, hasta encontrar el instante que lo convierta en eterno... ¿O no?
Me pregunto si aquella vez, mientras le ayudaba con la cena, debí decirle que no me importaba su manía de ahogar la ensalada en vinagre, mientras le pudiera ver hacerlo cada noche. También me callé cuando, tras gritarnos como locos en aquel polígono, sacó un regalo de la guantera del coche y zanjó así la discusión. No tuve qué decir la noche que me abandonó en aquella capital europea, y cuando huía enfadada de él me agarró del brazo y me sorprendió con una frase capaz de erizar la piel a cualquiera.
Debí de estar a la altura, pero no es fácil igualar a alguien que dos veces al mes asciende once mil metros durante cuatro horas solo por descolocar mis sábanas.
Así que sí, creo que las gracias se quedaron cortas aquella mañana que me despertó con el desayuno y dejó de lado su alergia a las naranjas para exprimirme un zumo, la tarde en que me llevó a cruzar la frontera o la noche en que llamó a mi timbre, después de dar vueltas y vueltas, con mi helado favorito.
Me reservé en cada ocasión las grandes palabras que hubieran marcado la diferencia, solo por no agotar los recursos, sin darme cuenta de que él es capaz de sobrecogerme cada medio minuto sin llegar a caer en la repetición. Qué injusto, y qué genial. Genial que me quiera conocer de nuevo en los bares, y no le importe inventarse distintas identidades; genial que sea capaz de hacer que hasta un insulto suene cariñoso; genial que no cesara en pensar que merecía la pena. E injusto que lo único que yo hiciese fuera llenar de besos Milán, y a ver ahora dónde caben todos los que nos quedan por dar...

lunes, 27 de mayo de 2013

El camino al éxito






"Es posible que lleves tiempo pensando que no sabes qué hacer con tu vida, que no sabes hacia dónde quieres ir, pero que pase lo que pase quieres tener éxito. Vamos a hablar sobre  el éxito. Prácticamente todos los días me llegan mensajes de gente que dice: “tengo que elegir carrera y no sé qué hacer. Quiero tener un trabajo de éxito y que me dé dinero, pero no sé qué es lo que tiene más salidas…”. Este es el comienzo del camino hacia el fracaso. ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Qué es lo que te apasiona? Ves gente con trajes y dinero, y con trabajos estresantes y crees que eso es éxito. Eso no es éxito. Lo único que quieres entonces es dinero, y nadie va a poder ayudarte con eso porque, permíteme que te lo diga, todo el mundo quiere dinero, eso no te hace especial. A pesar de todo eso hay gente que tiene objetivos, tiene metas, sueña con cosas… Pero no paran de ponerse excusas. “No sé lo suficiente… Hay mucha crisis… No tengo dinero para arrancar este proyecto… No tengo recursos…”. Esto es todo mentira. El recurso más importante para hacer cualquier proyecto está en tu cabeza. 

¿Sabes por qué se paga tanto por la gente con ideas? Porque no se pueden producir en masa. No importa cuánto dinero tenga una persona, ese dinero jamás será capaz de producir las ideas geniales que tu mente puede crear en una habitación que está vacía. Y si lo intentas, y tienes una idea, y sueñas con ella, te van a decir que es imposible. Que seas realista. Incluso igual tú mismo te llegas a decir que seas realista, que no se puede hacer. ¿Cuánta gente que ha tenido éxito en su vida ha sido realista? La persona que decidió que iba a poner un barco de metal gigante en el agua y que iba a transportar a gente, no estaba siendo realista. La persona que inventó internet, un medio de comunicación que conecta de forma invisible a todas las personas del mundo, no estaba siendo realista. ¿Por qué querría alguien ser realista? Si en el momento en que desechas tu idea y abres la puerta a ese “ser realista” estás aceptando y haciendo posible que esa idea de imposibilidad se cumpla. Pero bueno, tampoco te engañes pensando que el éxito es tan solo una idea, solo un sueño. Alguien muy sabio dijo una vez que el éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, es decir, de esfuerzo. Esto quiere decir con otras palabras que el trabajo duro vence al talento cuando el talento no se está esforzando. Existe un defecto generalizado que consiste en no saber diferenciar entre talento y habilidad. El talento es algo con lo que nacemos, la habilidad es algo que se crea con determinación y con horas y horas de dedicación a lo mismo. Y no importa cuánto talento tengas, tu talento te va a fallar como no pongas en práctica tus habilidades. Hay muchísima gente genial que se acomoda en ese talento y no tiene talento en un campo, porque eso no es suficiente. Tienes que pararte y pensar: “¿cuánto deseo esto? ¿Cuánto quiero llegar a esta meta y cuánto estoy dispuesto a dar para cumplir este objetivo?” Porque esto es lo que te vas a tener que recordar constantemente para cumplir este objetivo. 

Piensa que en el camino la competencia va a ser brutal. Mientras estés durmiendo va a haber alguien que esté trabajando para ser el mejor en lo mismo en lo que tú quieres tener éxito. Mientras estés descansando o aireándote va a haber alguien que va a seguir trabajando en lo mismo en lo que tú quieres tener éxito. Y si no estás dispuesto a poner todo ese esfuerzo, quizá simplemente no hayas sido sincero y esa no es la meta a la que quieres llegar, quizá no es el objetivo al que querías llegar, porque si lo es te aseguro que te vas a esforzar, vas a trabajar todos los días como si fuese el último día en el que puedes trabajar en eso. Como si no tienes más tiempo y está toda la gente en tu nuca gritándote que es lo que tienes que hacer. Así que deja de culpar a toda la gente que tengas a tu alrededor de tu falta de éxito, deja de pensar que tienes mala suerte, deja de creer que el universo está en contra de que tú consigas algo o de que hay alguien que está dispuesto a hacer lo que sea para que no llegues a conseguirlo, porque sinceramente todas son mentira, y todas son verdad en la medida en que nosotros permitamos que lo sean. Si quieres algo, hazlo. Haz todo lo que esté en tu mano, cada hora, cada día, cada semana para conseguirlo. Dicen que el precio del éxito es altísimo, pero es que la recompensa también. Que si te arriesgas lo puedes perder absolutamente todo, pero también vas a ganar un montón de cosas mucho más importantes que las que vas a perder. Deja de lado la negatividad y deja de ponerte excusas para no salir de tu zona de confort. Deja de decirte que ya lo harás, ayer era tarde. Ya tendrás tiempo después de volver, cuando lo hayas conseguido, y decirles a todos los que te están diciendo que no es posible que ya lo has hecho. 

Si necesitas un consejo para saber qué es lo que puedes hacer, decídelo tú. Nadie mejor que tú puede decidir qué es lo que puedes hacer y qué es lo que vas  a hacer. Y sobretodo ten un montón de paciencia, siempre ten paciencia hagas lo que hagas. Las películas con sus pequeñas secuencias de 30 segundos en las que pasan meses y alguien consigue algo han hecho que tengamos la idea de que las cosas se consiguen en tres días, y que si en tres días no lo has conseguido, lo tienes que dejar porque va mal. Las cosas requieren muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo. Y como no estés dispuesto a hacerlo, no lo vas a conseguir, te vas a quedar en esa mediocridad de pensar que lo podrías haber hecho pero nunca llegaste. Alguien a quien admiro mucho, en una entrevista, dijo que no intentes construir un muro. No te digas a ti mismo: “voy a construir el muro más increíble y más impresionante que se ha construido jamás”. En vez de eso di: “voy a colocar este ladrillo de la forma más perfecta que se puede colocar un ladrillo”. Y haz eso todos los días. Así es como se construye un muro.

Solo te hace falta un momento de locura y de decir “lo voy a hacer”, porque en el momento en que tú decidas que vas a hacer algo, es el momento en que lo vas a hacer realidad."

lunes, 6 de mayo de 2013

Géminis

Te quiero porque, a medida que pasan los años, tu nunca sumas más de quince. Porque eres pequeña, y a veces infinitamente indefensa. Te quiero porque tienes el don del llanto controlado, y aunque me asusta, me gusta. Te quiero porque nunca serás capaz de empezar una cerveza sin ponerte bigotitos de espuma, ni comer nada sin antes tener unos segundos de disfrute mirándolo. Te quiero porque una vez me preguntaste qué era lo que en verdad quería, y prometiste no parar hasta que lo consiguiésemos. Te quiero porque eres la encargada de trazar un plan loco y arriesgado, que sólo puede ser reemplazado por otro más loco aún; y en ello estamos... Te quiero porque todo géminis tiene dos caras, y si tengo que elegir, me quedo contigo. Te quiero, pero qué caro me sale... Te quiero, pero no me regales más días como hoy; déjame, de vez en cuando, ser yo quien lleve el control.

Primer domingo de mayo

¿Serías capaz durante siete años de entregarte a alguien sin reservas, de darlo todo sin límites, sin dudas ni temores, sabiendo que esa persona a la que quieres más que a nada en el mundo olvidará casi todo lo que habréis vivido juntos? ¿Aceptarías que tus atenciones, tus gestos de amor se borraran de su memoria, y que la naturaleza, a la que le horroriza el vacío, llenara un día esa amnesia con reproches y anhelos no cumplidos?.
Consciente de que todo ello es inevitable, ¿encontrarías, pese a todo, la fuerza de levantarte en mitad de la noche cuando la persona a la que quieres tiene sed, o simplemente una pesadilla?, ¿tendrías ganas todas las mañanas, de prepararle el desayuno, de velar por distraerla todo el día, divertirla, leerle cuentos cuando se aburra, cantarle canciones, salir porque necesitará que le de el aire, incluso cuando hace un frío helador? y, al llegar la noche, ¿ignorarías el cansancio, irás a sentarte al pie de su cama para aplacar sus miedos y hablarle de un porvenir que, irremediablemente vivirá lejos de ti?.
Si tu respuesta a cada una de esas preguntas es sí, entonces perdóname por haberte juzgado mal, sabes de verdad lo que es amar.


-Las cosas que no nos dijimos-

viernes, 5 de abril de 2013

Skin

Todo el día ella esperó la noche en que la invitaran a salir, para ser la bailarina de alguien, para perderse en la multitud. No hay necesidad de hablar porque la música está muy alta, hasta que un taxi la conduce a una mañana llena de dudas.
Puedes sentirte parte de algo si eres parte de la escena; puedes hacer que tu vida parezca bella añadiendo hielo y ginebra. Lávate el maquillaje y prepara una aspirina, puedes salir de este vestido de fiesta, pero no puedes salir de esta piel.
Su casa se encuentra donde su corazón está, por todas las fiestas por las que se mueve. Se dice a sí mismo que no puede estar solo porque nunca lo ha estado, pero todos los amigos que hace por la noche, por la mañana ya no están. Y se marchó, con sus cuatro paredes, su dolor de cabeza y su teléfono en silencioso. (...) 

Puedes sentirte parte de algo si eres parte de la escena; puedes hacer que tu vida parezca bella añadiendo hielo y ginebra. Lávate el maquillaje y prepara una aspirina. Puedes salir de este vestido de fiesta, pero no puedes salir de esta...






lunes, 25 de marzo de 2013

March

Primavera de aprender que las flores y la brisa tardan en llegar tanto como la lluvia quiera; que por mucho que suframos de inundaciones, en agosto nos contarán que los pantanos están en déficit. Primavera trompetera de soltar tus manos y dejarlas acariciar; de leer el articulo de los domingos sin resaca y a lo loco. Primavera con nuevo Papa, sabor a ensalada y piña exótica, con un puntillo de Crianza, Ribera o Rioja, a tu elección. Primavera de la mayor confianza en el terreno más vertiginoso, y qué suerte...
Sal y deja espacio, cierra y ya volverás, quien bien te quiere siempre te va a buscar. Y es en primavera todo eso de que la sangre se altera, y nos obnubilamos con el primero que coincide con un nuevo rayo de sol. Es justo ahora cuando me enseñaron que los flechazos y el amor a primera vista no vienen predeterminados por lo que vemos de la otra persona, sino por lo que desconocemos de nosotros mismos. Y cuánto camino habríamos avanzado si hubiéramos sabido desde el principio que la incoherencia de estar enamorado reside en eso que arrastramos sin saberlo. Suerte que no pesa...
Eso sí, nada tan bonito como pensar que la otra persona encaja perfecta y casualmente con todo lo que siempre buscamos, que nosotros no tenemos nada que ver en que nos encante hasta su cara de buenos días, maldito lunes. Es mucho más bonito así, pensando que el mundo ha conspirado para regalarnos una bonita historia, ¿gracias a la primavera? quién sabe, pero de momento no importa que no llegue a rollito invernal
Eso es lo bonito, sin desvirtuar lo que tiene su mayor virtud en el momento. Sin razones para sentimientos así; sin razonamientos que lo harían como ir al cine un martes por la mañana; como descubrir que la canción que te hizo llorar la noche anterior, al día siguiente no te interesa; como abrir un cajón y encontrar una foto de la drogadicta de las esquinas, cuando tenía diez años y era tu mejor amiga; como ver a tu mayor ídolo en la cola de la panadería; como el escenario del teatro viendo como el sol atraviesa el polvo a la hora de barrer, como el vacío cuando cobras por algo que odias; como dejarte venir conmigo, sabiendo que cuando se acabe la magia vas a estar con una mujer como yo... y ya no habrá más primavera.

Yo sólo quiero...

Yo sólo quiero empezar contigo un curso intensivo
de quitarnos la ropa y el dolor,
y que cada noche nos expliquemos los motivos 
de no exigir ninguna explicación.

Y que el corazón pueda cumplir su oficio
y sea tan imprudente como exige el amor.

Que lo único que quiero a estas horas es poner besos
en cada paralelo y meridiano de tu cuerpo
Así que déjame creer que aún quedan mil maneras
de amarte coordinando tu oleaje y mis caderas.


miércoles, 27 de febrero de 2013

Entre un millón

Hace tiempo leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20.000 personas. Haciendo una regla de tres obtuve que un joven de 17 años habría conocido aproximadamente a 6800 personas. Pongamos que la mitad de esas personas, es decir, 3400 son hombres y la otra mitad mujeres. Y supongamos que de esos 3400 sólo 1/3 están dentro del margen de edad en que se incluyen todas las personas con las que podríamos tener una relación. Es decir, descartamos 2/3, donde se encontrarían aquellas personas de las que nunca podríamos enamorarnos: familiares cercanos, ancianos, niños pequeños... Nos queda el siguiente número: 1133,333... Pero redondeando pongamos unas 1000. De todas esas personas nos enamoramos de una sola.
Estamos hablando de una milésima parte, 0,001. Y a su vez esa persona se enamorará de una sola entre 1000. De esta manera la probabilidad de que la persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona que se enamora de uno es, según las matemáticas, (1/1000) · (1/1000), lo que es igual a una posibilidad entre un millón, 1/1.000.000. Así que si se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, si el destino ignorase 999.999 opciones y convirtiese esa única probabilidad que había entre un millón, en un hecho, en una realidad, ¿qué sentido tendría no aprovecharla, qué más da lo que venga luego, qué importa lo complicadas que sean las circunstancias? Si lo más difícil, lo que tenía una sola posibilidad entre un millón de ocurrir, ya ha ocurrido.


-Anónimo-

lunes, 25 de febrero de 2013

Acción poética


" Antes de rendirnos, fuimos eternos."
" Seré breve: ven."
"Que la sorpresa nos encuentre juntos"
"Se aceran mis miedos si te alejas tú"


" Sin ti, yo no"
"¿Hasta cuando seguirás huyendo de mi soledad?"
"Estamos a nada de serlo todo"
"Todo error está en la duda"




"Que la poesía nos salve del mundo"
"Siempre lleva una sonrisa en el bolsillo"
"Estaré loco, pero al menos puedo volar"
"Me doy el permiso de creer en mañana"



"No olvides que te espero, no esperes que te olvide"
"Cuídate de ti"
"Sonríe, yo invito"
"Hasta nuestro próximo beso"


"No me desees buenas noches, dámelas"
"No sabia qué ponerme y me puse feliz"
"Amor a primera risa"
"Tal vez la eternidad esté en los semáforos"



lunes, 18 de febrero de 2013

Seguiremos

Si dicen perdido, yo digo buscando
Si dicen no llegas, de puntillas alcanzamos
Y sí, seguiremos.
Si dicen caíste, yo digo me levanto
Si dicen dormido, es mejor soñando.


lunes, 4 de febrero de 2013

Todas las canciones hablan de mí

He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede hacer. Puede resultar doloroso, pero si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo. Sin duda evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Tal vez cada día debería contener una infidelidad esencial o una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro, una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores.

miércoles, 23 de enero de 2013

Ps. I love you

Qué arrogantes somos. Nos da tanto miedo la vejez que intentamos prevenirla. No vemos que es un privilegio envejecer junto a alguien; alguien que no te empuje a cometer asesinatos, o que no te humille hasta hundirte en la miseria... Es bonito.

jueves, 10 de enero de 2013

Happy Bday!

Llevo 365 días buscando vuestro hueco, y creo que ya está casi listo!
Vosotras, las autobiografías, os habéis encargado de mostrar la idea que ella tiene de sí misma; permaneced atentas, ya que puede que en ocasiones se aleje de la realidad... Os colocaréis justo al lado de esas que hablan sólo de  teorías psicológicas (lo sé, son un poco aburridas, pero no dejan de ser parte de ella...). Un poquito más a la izquierda he pensado en situar a las que están por desahogo al desamor (sí, sé que no han sido invitadas, pero en algún momento de la fiesta, irremediablemente, aparecen). A la derecha, sus mejores amigas! Las que se encargan de hacer feliz a quien las ve, siempre positivas. Creo que en frente deberían de estar ese grupito que viene cargado de sentimientos y dedicatorias, que a pesar de pecar a veces de "azucaradas", son sus favoritas... Situando a estas ahí, deja un espacio bastante interesante para las cinéfilas, músicas, literarias y "prestadas" que puedan haber sido invitadas (está claro que la invitación no ha salido de ella, pero oye, ¿por qué no convidar a la perfección ajena a que forme parte de esta fiesta?). En la mesa presidencial, cómo no, estarán las románticas, las que con más cariño vinieron, las que traen lo más increíble que ella pensase que podría venir y las que más orgullo la generan. No está mal, ¿no?
Ya que estamos todas, sólo queda decir: ¡¡cumpleaños feliz!!
... Y que se sigan sumando años a este primero, desde el otro lado de la nube...

__________

Después de este año de rellenar "hojas" en blanco, os dejo aquí algunas de mis entradas favoritas:
Una AGRADECIDA, una que ya se ha quedado ANTICUADA, una MUY ESPECIAL, otra ROMÁNTICA, una quinta INTERESANTE, añado una ESPELUZNANTE, y por último, una donde ENCONTRARME.

Solo por curiosidad, ¿tienes alguna preferida?

Gracias por entrar y dedicar tiempo a leer lo que dije sin hablar durante este año.
Un beso MUY fuerte.

jueves, 3 de enero de 2013

Las cosas que no nos dijimos

"He amaestrado la soledad, hace falta muchísima paciencia. He caminado por ciudades de todo el mundo en busca del aire que respirabas. Dicen que los pensamientos de dos personas que se aman siempre terminan por encontrarse, así que me preguntaba a menudo antes de dormirme por las noches si tú también pensabas en mí cuando yo pensaba en ti; fui a Nueva York, recorrí las calles soñando con verte y temiendo a la vez que ese encuentro se produjera. Cien veces creí reconocerte, y era como si mi corazón dejara de latir cuando la silueta de una mujer me recordaba a ti. Me juré no volver nunca a amar así, es una locura, un abandono de sí mismo imposible. El tiempo ha pasado, también el nuestro ¿no crees? ¿te hiciste esa pregunta antes de coger el avión?(...)
¿Qué propones, que quedemos como amigos? ¿que te llame cuando esté de paso por Nueva York? ¿Iremos a tomar una copa evocando nuestros buenos recuerdos, unidos por la complicidad de lo prohibido? Me enseñarás fotos de tus hijos, que no serán los nuestros. Te diré que se parecen a ti, tratando de no adivinar en sus rasgos los de su padre. Mientras esté en el cuarto de baño, ¿descolgarás el teléfono para llamar a tu marido, y yo dejaré correr el agua para no oírte decirle "hola, mi amor"?(...)
Esta noche cojo un avión para Mogadiscio, ya sé que allí pensaré todo el tiempo en ti. No te preocupes, no te arrepientas de nada, he esperado vivir este momento tantas veces que ya no puedo contarlas, y ha sido magnífico, amor mío. Poder llamarte así una vez más, una sola vez nada más, era algo con lo que ya no me atrevía a soñar. Has sido y serás siempre la mujer más hermosa de mi vida, la que me dio mis recuerdos más bellos, y eso ya es mucho. Sólo te pido una cosa: júrame que serás feliz.

-Marc Levy-