Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Brindemos

Hablemos pues, de 2012...

No sé de dónde proviene esto de los años, de que cada 31 se convierta en 1 y aumente un número más... Astronomía, o cristianismo, pura lógica... ¡Vete tú a saber!. Lo que sí sé es que esto nos da una buena oportunidad para hacer balance, poner la vista atrás y alegrarte de cerrar un buen año, o sentirte aliviado de que acabe, si es que ha sido malo...

¿Qué hay de nuevo en estos últimos 365 días?
Dejemos de lado la política, no entremos en economía y la más que famosa crisis, olvidemos por un momento el desastre social que nos rodea... ¿Así mejor? Seguro que sí...
Hoy hace un año que pedí que el nuevo que entraba fuese al menos como el anterior, y la verdad que no puedo quejarme... Este año he empezado nuevos proyectos, entre ellos este blog (ocho mil gracias, una por cada visita), he avanzado un año de carrera, y ya estoy un poquito más cerca de entender a quienes me rodean, he aprendido todo lo que sé de fotografía, de salsa y soy un poco "menos mala" jugando a tenis (propósito para 2013!). Este año me he reencontrado con Barcelona, en invierno y en verano, he conocido Lovaina, Bruselas, Amberes, Brujas y un poquito más al sur Bolonia, Venecia y Florencia. He dejado muchos planes en el tintero, como siempre, pero también me queda la satisfacción de tachar alguno de la lista, como ver Pamplona en pleno San Fermín, descender el Sella en piragua o volver a mis siete años colándonos en Cabarceno escondida en el maletero del coche. No he abandonado con el cambio de año mis impulsos y ocurrencias, como por ejemplo esta, y soy consciente de que otras tantas están por llegar.
Este año que acaba he consolidado la total independencia que tengo hoy en día, uno de las ventajas de crecer... Hablando de largos días y noches, no puedo decir que me haya perdido nada que no haya querido, y sí que puedo decir que el destino me ha colocado en lugares específicos, en momentos exactos. Por ello doy gracias también...
Respecto a personas, he tenido la suerte de ganar amigos que sé que nunca perderé, personas especiales ahí donde las haya, gente por la que ha merecido la pena vivir este año. He entrado en otra gran familia, como es la que me espera siempre en Salamanca, y conservado las que ya tenía, siempre en mi Cantabria infinita. Hablando de personas también, dos mil doce me ha hecho consciente de lo que es perder una parte de la familia. Me ha obligado a mirar a la muerte a los ojos, y nos ha enseñado a todos nosotros a reencontrarnos para amortiguar la pérdida. Ojalá esta parte del año no tuviera que haber sido así...

Creo que no hay nada más bonito, y difícil, que ver crecer a una persona, absorber sus escandalosas risas, secar sus lágrimas de pena, odiarle en sus días malos y amarle locamente cuando se deja ser así mismo. Este año he intentado ser esa persona que está ahí, querer a quien me quiere, y a quien no, no darle más importancia de la que lleva. Por contra, he visto también cómo me han querido, en lo bueno y en lo malo. Y eso, amigos, no tiene descripción que quepa en un balance de fin de año.

Cómo último propósito, y posiblemente uno de los pocos que cumpliremos este 2012, miremos hacia delante, sin hacer balance de lo que hemos pasado, sino de lo que en 2013 queremos conseguir.

Feliz año nuevo, y gracias por estar ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario