Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

lunes, 30 de julio de 2012

Que la muerte te acompañe

Entre tanta ida y venida, conocí casi todas las edades de la soledad, me salió un callo justo donde palpitan las emociones y me fue cada vez más difícil demostrar lo mucho que me dolía seguir sufriendo.
Un buen día, cuando ya había abandonado toda esperanza de sentir y hacer sentir que sentía, apareció ella. Ella, que todo lo hizo sin saber que lo hacía. Ella, que todo lo cambió sin querer. En cuanto la vi, automáticamente empecé a descubrir el sabor amargo y salado del llanto. Porque la he llorado. La he llorado mucho y, como siempre se llora, a demasiada distancia. Bajo la lluvia mezclando mis lágrimas con las del cielo, desde el cierre derrotado de cualquier bar o bajo la media apertura de su ventana, da igual. La he llorado como nunca lloré a los que creía conocer. La he llorado por el futuro que ya no tendremos. La he llorado por ese pasado que dejamos pasar. La he llorado hasta quedarme sin aliento. Y la sigo llorando por lo que pudo ser, incluso por lo que nunca será.
Sé lo que estás pensando. Que estoy enfermo. Que no la conozco de nada. Que no hemos cruzado más de dos palabras y un precio. Pero es que en ocasiones, la nostalgia es tan caprichosa que no necesita argumentos para doler. Se pueden echar de menos amores que jamás ocurrieron. Se pueden extrañar situaciones que no llegaron a pasar. De hecho si nunca te ha ocurrido es que nunca has querido por encima de tus posibilidades. Y si no has querido por encima de tus posibilidades, tu corazón no ha pasado de ser un órgano muscular hueco que impulsa sangre.
Eso es lo que pasa. Que la echo de menos. En toda su ausencia. Hasta decir basta. Añoro esos paseos que nunca dimos por el parque. Añoro esos besos que jamás me dio. Esas risas tontas que no nos echamos. Esa canción que nunca escuchamos juntos después de no hacer el amor.
Tengo que volver con ella antes de morirme del todo. Tengo que volver con ella hasta el punto en el que dejó de poder ser. Y volver a empezar juntos... por primera vez.

-Risto Mejide-

lunes, 23 de julio de 2012

Sin cadenas

"No existe el amor, sino las pruebas de amor, y la prueba de amor a aquel que amamos es dejarlo vivir libremente"
En el mismo momento en que consideramos a alguien parte de nosotros, vivimos con el miedo irrefrenable de perderle. No es nada malo; es como perder un pendiente de tu par favorito, pero elevado a la millonésima. El simple hecho de pensar algo tan sencillo como que es otro quien le da los buenos días, o recibe su más sincera sonrisa, nos puede producir urticaria, ira, tristeza, impotencia, rabia o incluso todo a la vez. Activamos nuestro sistema frente a amenazas: cuando una tercera persona puede ofrecer algo mejor que nosotros; cuando puede conseguir eso que tanto nos cuesta mantener.
El problema de los celos no es lo que los demás puedan ofrecer, sino cuánto estás tú dispuesto a dar. Si realmente estás seguro de ti mismo, ¿por qué dudar? Si tienes en tu mano la llave para hacer que esa persona se enamore de ti día tras día ¿qué puede encontrar mejor?
Está comprobado que quien quiere permanecer a tu lado, no se irá nunca, y que, en ciertas ocasiones, tener algo pasajero no hace más que recordarnos, una vez más, dónde queremos estar...


viernes, 20 de julio de 2012

Quiéreme si te atreves...

- ¿Hay alguien en tu vida?
- Querrás decir en mi cama, no hay nadie en mi cama si es lo que quieres saber. Nadie que no pueda cambiar con las sábanas.

martes, 17 de julio de 2012

"Its what you do to me"

Oye Delilah, cómo es Nueva York? Yo estoy a miles de millas de distancia, pero pequeña, esta noche te ves tan guapa... Así es, ni el Times Square brilla tanto como tú... Te juro que es cierto.
Oye Delilah, no te preocupes por la distancia, yo estoy ahí mismo si te sientes sola, dale otra vez a esta canción, cierra los ojos y escucha mi voz, es mi disfraz, estoy a tu lado.
Es lo que tú me haces a mí...
Oye Delilah, yo sé que los tiempos se están volviendo difíciles, pero tú solo créeme pequeña, algún día voy a pagar las cuentas con esta guitarra. Vamos a estar bien. Vamos a tener la vida que sabemos que deberíamos tener. Mi palabra es palabra...
Oye Delilah, he dejado de decir tantas cosas... Si cada canción que te escribí a ti te quitaran el aliento, las escribiría todas, y así te enamorarías más de mí. Lo tendremos todo...
Es lo que tú me haces a mí...
Miles de millas parecen tan lejanas, pero existen aviones, trenes y coches. Yo caminaría hasta ti si no existiese otra manera.
Nuestros amigos van a divertirse con nosotros, pero simplemente nos reiremos porque sabemos que ninguno de ellos se ha sentido de esta manera.
Delilah, puedo asegurarte que en el momento en que terminemos, el mundo nunca volverá a ser el mismo, y tú serás la culpable.
Oye Delilah, tú estás bien y no me extrañarás. Dos años más y terminarás la universidad y yo estaré haciendo historia, como a mí me gusta. Sabes que todo es por ti. Nosotros podríamos hacer lo que sea que queramos.
Esto por ti. Esto va para ti.


jueves, 12 de julio de 2012

Julio

No sabía si era él el amor de su vida. Dudaba que volviese a verle en cualquiera de todos los años que aún le quedaban por vivir. Es más, no dudaba: estaba segura de que no se encontrarían nunca.
Podían forzar las cosas, hablar, llamarse, alguna foto... Pero, para qué? No había una mínima posibilidad de que el océano que les separase les volviese a unir. Aún así valía la pena sonreír pensando en aquello y sentirse afortunado.
Y si, como debe ser, no volvían a saber nada más el uno del otro, siempre les quedaría el beso más perfecto dado por dos extraños una noche de verano.

martes, 10 de julio de 2012

Sabinaquote

Si quisieras quererme, dejaría de fumar y me haría vegetariano. Si durmieras conmigo dormirían menos tristes las palmas de mis manos. Y si los buenos chicos te atosigan y buscas tipos duros, fingiré ser el malo que castiga con besos de cianuro.
Si buscas alguien que te trate mal, cuenta conmigo. Si quieres guerra guardo un arsenal bajo el ombligo.
(...)
Y si es mejor quererte sin permiso, con rabia y al contado, yo te querré como jamás te quiso quién más te haya marcado.