Una vez que conseguimos querernos a nosotros mismos, y logramos sentir que no necesitamos a nadie para mantenernos, nos asalta la duda de ¿qué pasaría si...? Es ahí cuando sin querer, o queriendo, comienza la búsqueda...
Buscamos a alguien que consiga que todo lo demás se desvanezca; que se pare el tiempo al dar con él, y que después avance mucho más rápido para recuperar lo perdido. Los fuegos artificiales, el aumento de la tasa cardíaca, el reencuentro que nos devuelve la vida.
Buscamos ser conscientes de todos y cada uno de sus defectos y , aún con ello, enamorarnos más.
Buscamos el "pero te quiero", el "vete" y el "lo siento, perdóname". Que nos arrastren a hacer cosas que juramos no hacer, y no encontrar el motivo ni el por qué.
Buscamos el "pero te quiero", el "vete" y el "lo siento, perdóname". Que nos arrastren a hacer cosas que juramos no hacer, y no encontrar el motivo ni el por qué.
Que no amanezca si el sol no sale tras su espalda...
Buscamos a la persona indicada: la que llegue y nos haga entender por qué no funcionó con ninguno antes.
Las pilas de nuestro control remoto.
Las pilas de nuestro control remoto.
Buscamos a alguien a quien no encontraremos hasta que no dejemos de buscar. Y así es mucho mejor. Alguien que no nos busca, pero que llegado el momento sabrá que nos ha encontrado. Alguien que con un punto de apoyo hará girar nuestro pequeño mundo...
Buscamos a ese alguien; y cuando lo hemos encontrado, permanecemos a su lado... Porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible.
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