Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

martes, 15 de mayo de 2012

¡Pum!

La lluvia dio paso a los días soleados, el frío abrió camino al calor del verano, adiós marzo y abril... Hola mayo.
Es increíble como la felicidad nos aprieta el acelerador... Es como si intentases agarrarte a un momento, y ¡pum! ya estás en el siguiente. Como echar la vista atrás y sentir que fue ayer. Pero no, nunca ha sido ayer, porque el ayer parece que es hoy, y hoy.. ¡pum! Hace ya una semana de eso...
Puede que los días se hayan convertido en algo tan efímero que me de miedo sólo de pensarlo, pero por otra parte eso es algo bueno: cuando no tienes bastante es porque quieres más, más de lo que ya tienes, y si quieres todo lo que tienes... ¿que más necesitas? Ahí está. Esa es la clave.
Hacía mucho tiempo que no vivía sin esperar algo: cumplir una meta, a una persona, un cambio... Ya no, no espero nada, porque no necesito nada más. He aprendido que cosas como cerrar los ojos o pasear mientras la brisa acaricia tus piernas puede hacer de un momento cualquiera, un momento feliz. He caído en la cuenta de que el verano sabe a cerveza, y que una bien fría en buena compañía puede contener la fórmula de las sonrisas. Sé y estoy segura de que echar de menos a alguien está por encima de todo el resto de problemas, al igual que un bonito reencuentro hace que la espera haya merecido la pena...
Creo que las cosas suceden así porque es así como tienen que suceder. Me alegro de que ahora mismo sea esto lo que toque vivir, dure lo que dure...

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