Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

martes, 3 de abril de 2012

Autobiográfico

Escribo, opino, hablo, hablo y hablo de muchas cosas que a veces ni sé. No soy precisamente la más indicada para dar lecciones de amor; lecciones de nada, para ser más exactos... Saco conclusiones por mi misma, y me aferro a ellas, digan lo que me digan; me dejo influenciar demasiado a menudo, y generalmente antepongo a los demás a mi, lo que no siempre es bueno...
Soy un desastre cumpliendo las promesas que me hago, lo que me lleva frecuentemente a la decepción, aunque viéndolo por otro lado, cuando cumplo alguna de ellas, la satisfacción es triple.
Siempre llegaré tarde, por mucho que me adelantes los relojes... Creo que es genético.
Me hundiré con cada fracaso, pero en un ratito estaré recuperada, porque si hay algo en lo que creo firmemente es que todo, absolutamente todo lo que pasa, pasa por algún motivo, y más tarde o más temprano acabaremos entendiendo... El destino, dicen...
Supongo que para compensar lo anterior está la parte de mi a la que no le cuesta decir "te he echado de menos" y ese tipo de cosas que solemos callar por no descubrirnos ante la otra persona... Tampoco abuso de grandes dosis de orgullo, por si sirve de algo: en su justa medida, o tirando por lo bajo...
Garantizo ser una incongruencia en mi misma, un auténtico caos, o un mar de tranquilidad, al igual que garantizo que nunca te faltará un abrazo que recibir o una de mis sonrisas para rescatar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario