Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las lineas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos. Que nadie se emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea.
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Entre lo poco que sé de la vida también te diré que nada de esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ese es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue y te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz, y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo que va. Ojalá ames mucho y muy bueno, aún a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a enmendarlas con el hilo de alguna otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos.
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