"Cuando se sentó a mi lado era tan obvio que no era mi tipo ni yo
el suyo que ni siquiera me sentí incómoda. Y, como no había química, nos
pusimos a hablar sin pensar en nada. Y entonces no sé qué pasó."
Desde entonces camino por las calles, sabiendo que nunca las veré tan bonitas como aquellas semanas; me distraigo en los bares imaginando cómo sería que apareciese en ese momento, con una promesa y un plan que parte de cero; me detengo en la sección de perfumería sólo para oler su colonia y por un instante sentirle ahí, a mi lado...
Acaso es malo? No son esas sensaciones las que nos hacen sentir que estamos vivos?
Es más, a veces es mejor que algo dure el tiempo exacto para convertirlo en inolvidable, que experimentarlo completamente y hacer que se corrompa. Eso es lo mágico de los flechazos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario