La vida es una realidad. Las
personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de
conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser
salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno, ya estás en una jaula, tú misma la has construido y en ella seguirás
vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando
contigo misma.
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