Intentó desnudarse por completo, pero no logró soltar el nudo que tenía en la garganta.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Dogma

" Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca, ruega que el camino sea largo, y lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrígones, Cíclopes, al colérico Poseidón no temas: nunca hallarás tales seres en tu camino, nunca mientras altos sean tus pensamientos, mientras una extraña emoción estimule tu alma y tu cuerpo.
Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas estivales en que con alegría y gozo arribes a puertos nunca antes vistos,
deténte en los emporios fenicios, y adquiere mercancías preciosas, 
nácares y corales, ámbar y ébano, y perfumes sensuales de todo tipo, cuántos más perfumes sensuales puedas,
ve a ciudades de Egipto, a muchas, aprende y aprende de los instruidos.
Ten siempre en mente a Ítaca.
Llegar ahí es tu destino, pero nunca apresures el viaje, es preferible que dure años, que seas viejo cuando alcances la isla, rico con todo lo que habrás g
anado en el camino, sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.
Ítaca te dio un maravilloso viaje. Sin ella no habrías partido.
Pero ya no tiene más que darte.
Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia, habrás entendido lo que significan las Ítacas."



Constantino Kavafis

jueves, 10 de marzo de 2016

Come with me

Es curioso, pero llevo tiempo queriendo retomar esto, y me sorprende ver por qué no lo he hecho...
Al echar la vista atrás a mis escritos me he dado cuenta de que no quiero "sacar a la luz" algo que para mí ya no existe. Me avergüenza, en parte, leer lo que pasaba por mi cabeza hace cuatro años, tres, dos... ver la ligereza con la que afirmaba ciertas cosas, o escribía otras tantas que más bien deberían haber quedado en un diario personal. Me da ganas de cerrar y volver a abrir otro rincón. La persona que escribía todo aquello no me representa... ya no está.
¿Y qué bonito sería verdad? borras tu pasado y se acabó! Ya no quieres ser quien eras y ¡adiós! cerrar cuenta y vuelta a empezar...
Por suerte, si ahora soy "otra" persona es por todas las cosas que he aprendido, más que por las que oculto... Y sí, he aprendido que todo lo que llevas contigo no desaparece así como así; que todas esas cosas de las que te arrepientes, o te avergüenzas son también las que te hacen estar hoy donde estás, y también me he dado cuenta de que, hasta ahora, nada de lo que he considerado malo en mi vida me ha dejado de traer algo muy bueno. Así que no borraré nada de lo que un día quise ser, de lo que un día fui, al igual que no puedo borrarlo de mi historia. Porque es injusto renunciar a la parte menos bonita de los hechos, y por supuesto no quiero renunciar a la buena también...
Un día fui la risa contenida y otro la risa estallada, la salsa en el trópico, un día fui pez en el Caribe... Un día fui la palabra de ánimo en alguien que lo necesitó, el sostén detrás del diván, y fui también un beso en la Giralda. Fui una balada y unas velas, la intensidad de devorar una buena novela, y fui raqueta en una tarde de sol. Fui lágrimas en una etapa que se acababa, en dos, en tres... Lo cierto es que soy lágrimas muy a menudo... Fui la amiga a la que no ves en un año y sientes que nada a cambiado, y también fui un abrazo antes de volver a empezar. Fui idas y venidas, lluvias y bienvenidas y fui aquella que una vez vio más allá, escuchó más allá, sintió más allá... También fui un intento de ser quien no soy, y por culpa de eso fui más yo. Fui la brisa de la Guajira, una mirada perdida, una mirada encontrada. Fui todas las fotografías mentales que capturé en aquellos sitios en los que sentí que no regresaría, y fui mis pulmones llenos del aire que sentí que no volvería a respirar. Una frase de Sabina, una canción de Chabela, una palabra que me cambió la perspectiva...
Fui tantas cosas desde que nos estamos dejando, soy tantas cosas nuevas desde que no nos leemos, seré tantas cosas cuando estas ya me parezcan minúsculas que no estoy dispuesta a que el balance sea borrar y volver a empezar.
Desde aquí sigo, a partir de aquí avanzo, por que por lo que fui, soy, y por lo que soy, seré.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Yo, mi, me, contigo.

Después de tanto tiempo tengo tantas cosas que decir, como motivos para no hacerlo.
No me escondo tras lo que no digo, pero tampoco me he atrevido a ser esclava de mis palabras...

No somos del todo conscientes, en nuestro paso por la vida de las personas, del efecto que podemos causar en ellas, y vamos atando y deshilando detalles que acaban marcando personalidades, que a su vez afectan con sus conflictos a otras personas y, bueno, efecto mariposa...
Supongo que hay quienes se agarran a eso para no dirigir su vida en sentido contrario, para no tener que decidir y poder ser cobardes, al fin y al cabo, sin sentirse realmente como tal, lo que a la larga es un martirio...
Anteponer el bienestar ajeno y los sentimientos de los demás a los nuestros no es sino signo de poco amor propio, pero... ¿por qué lo hacemos? Es realmente por impedir que la otra persona sufra, o porque nosotros mismos no sabemos afrontar ese sentimiento y preferimos evitarlo? Al igual que un padre acude rápido cuando su hijo llora porque no lo soporta, el problema no está en que el niño lo haga, sino en que tú no puedas verle llorar.
Al final nuestras relaciones con los demás acaban significando todo lo que depositamos en ellos y reduciéndose a la posición que representan para nosotros; y esto se convierte en un arma de doble filo.

Si, vas a herir a alguien a lo largo de tu vida, y sí, te van a herir a ti también... Y no, no podrás evitarlo... Porque todo aquello que depositan en ti, a veces no se corresponde contigo, y ahí debemos de ser capaces de marcar el límite y decidir hasta dónde llega lo que eres y quieres ser, y hasta dónde lo que el otro quiere que seas para él.
No puedes cargar con la culpa de no ser quien se espera, ni con todo lo que se derive de la "fantasía" que puedas hacer caer, al igual que nadie debe cargarte con la responsabilidad de cumplir sus expectativas. Es cruel y muy duro.

Una vez hacemos de esto una perspectiva de vida, somos capaces de mantener lazos sanos y fuertes, y podemos entender, que aún en medio de la oscuridad, hay alguien que nos quiere simplemente por lo que somos. Y lo que es mejor, siempre tendremos cerca a alguien a quien realmente queremos, sin condiciones y sin expectativas, solo por ser esa persona con la que querríamos esperar a que vuelva la luz.

sábado, 31 de mayo de 2014

M.

"El problema era yo y lo que traía conmigo,
mi manera de huir hacia delante.
El problema era sencillo: 
Hacer el amor no tiene gran complicación.
Lo realmente difícil es deshacerlo."



Apuntes sobre mi paso por el invierno.
Marwan. 

martes, 4 de marzo de 2014

Medio o nada

Siempre he pensado que en nuestros burdos intentos de llegar a ser quien queremos ser, perdemos la parte de nosotros que nos hace ser quienes somos. Y así nos pasa con el amor... En nuestro afán de completar a alguien, y sentir que necesitamos que nos completen, perdemos una parte de nosotros mismos; justo esa que nos hace independientes y autosuficientes. Y es que nos tienen tan acostumbrados a la historia de la media naranja, que a veces se nos olvida que hay naranjas enteras! y que hay personas que necesitan sentirse íntegras por ellas mismas antes de convertirse en un binomio. Parece asombroso, pero, mujeres del mundo: hay otras mujeres que abren solas sus botes de tomate! que cuelgan cuadros y atornillan estanterías!Y la cosa no queda aquí, hombres de la tierra: hay otros hombres que almidonan sus camisas, hacen tartas y saben dónde buscar las cosas que no encuentran!
Quiero decir que los tópicos no están ahí para cumplirlos; que la media está bien, pero es la desviación típica la que da vidilla a la vida. Y que el mundo está lleno de gente buscando enamorarse como solución a sus problemas, como si a veces conseguirlo no fuera el principio de un problema aún mayor, como si la soledad fuera simplemente estar solo, y no significase estar vacío.
Por eso busca tus soluciones, complétate con aquello que te haga prosperar, crea versiones de ti mismo y no dejes de asegurarte de que cada una es mejor que la anterior, pero sobretodo, no olvides que el primer amor, siempre debe ser el amor propio.

viernes, 31 de enero de 2014

Happy new year!

¿Llego tarde?

Poco a poco he ido olvidando la satisfacción de juntar letras en este pequeño espacio, y sí que es verdad que es una de las cosas que echo de menos...
Siempre he pensado que hay que tener mucho cuidado con ponerse a escribir en "días grises", ya que, ni mucho menos, nos saldrán "nubes rosas". Tampoco es adecuado eso de plasmar toda tu felicidad, porque creo (y esto no es ningún secreto) que no suele gustar eso de leer sobre unicornios sobrevolando arco iris y ver lo superfeliz que es alguien, más aún si tú no lo eres.
Dicho esto, si me das a elegir, siempre elegiré una noche de tristeza para teclear. Estar hundidos hace que salga a flote nuestro lado más desgarrador, nos permite transmitir mucho más profundo y fuerte, consternar, afligir, desconsolar al lector... La carga de la pena siempre lastra más que el peso de las sonrisas...
Si bien Neruda presumía de "poder escribir los versos más tristes esta noche", estoy segura de que no mentía.

A decir verdad mi problema no es ese... No me he apartado por falta de tiempo, por pereza, excesiva alegría o desmesurada tristeza, es algo aún peor: indiferencia.
No hay peor sentimiento que no sentir nada, y a los hechos me remito. No puedes vaciarte de preocupaciones o angustias si ni te preocupa ni te angustia nada; no puedes compartir tus episodios maníacos de felicidad si antes de que cojas un boli, se han esfumado, y mucho menos puedes hablar de ilusiones, aficiones o planes, cuando ante todo esto solo quieres correr en dirección contraria.
Hace no tanto entendí exactamente lo que pasaba: mi saco se había roto.
Nunca pensé que algo tan simple como un saco evocara tantas cosas, pero la explicación me dejó sin palabras (y eso no pasa a menudo): todos tenemos un saquito que vamos llenando con las cosas que realmente nos hacen sentir bien, como recibir cariño, sentirnos valorados, etc; pues bien, en algún momento del camino mi saquito se rompió, y ahora tiene un gran agujero en el fondo... Todo lo que entra sale, y por eso a mí, y seguro que a más de uno, nos resulta tan difícil sentirnos "llenos", porque esa sensación tarda en disolverse lo que tarda un reloj de arena en pasar el tiempo.

Por suerte, no todo está perdido! Hay muchos hilos y agujas, tengo un gran equipo y, a decir verdad, creo que me estoy convirtiendo en una excelente costurera.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Mirror, mirror...

Sé que llego tarde a esta fiesta, igual de tarde que al resto de mi vida. Voy corriendo por casa mientras me subo la cremallera del vestido, buscando una tijera para cortar la etiqueta de las medias que, en una torpe tentativa de impresionar, me compré esta mañana. Busco los zapatos: taconazos de 13cm., no vaya a ser que llegado el momento "no esté a la altura", y me subo a ellos. Corro hasta el baño, reviso el pelo... he hecho lo que he podido; compruebo el maquillaje... aún tras las sombras, eyeliners y rimel se divisan los restos de unos ojos que no quieren sino quitarse este disfraz y volver a su largo invierno de franela; pero no, esta noche no toca eso. Esta noche toca parecer que soy yo, y que todo este tiempo escondida no ha significado nada, no ha cambiado nada, que no ha sido por necesidad.
Así que dí un portazo a la comodidad y llamé al ascensor, que me recibió como de costumbre, con un espejo lo suficientemente grande para obligarme a ver lo que no quería mirar: a una pobre chica sumergida en un ridículo intento de sentirse atractiva, deseada, querida... cualquier cosa que implicase algo mejor que lo que sus mantas y libros le deparaban. Vi a una chica que hacía tiempo no veía, y lo peor es que no la echaba de menos. Ahí estaba yo, aparentando ser "dancing queen" y siendo tan crítica conmigo como la última vez que me detuve frente a mí; analizando de dónde debería quitarme unos kilos, qué necesito tonificar, preguntándome si existirá algún maquillaje que tape estas horribles ojeras e imperfecciones de mi rostro, intentando averiguar la razón de este malogrado corte de pelo, y sobretodo, rogando a Dios que me recordase en qué momento creí que tenía derecho a ponerme unas medias como las que llevaba el maniquí de aquella tienda.
Cuando volví la mirada hacia mi cara, una lágrima negra caía por mi mejilla. Marqué el tercero, abrí la puerta de casa y... desde ese día utilizo las escaleras.



Audio: LoveMe